Bajo un escenario no sólo de escasez hídrica, energética y de mano de obra, sino que también de mayor dificultad en el acceso a cultivos y cambio en el uso de productos químicos por elementos más naturales y menos nocivos para la salud humana, la agricultura se ha vuelto un campo fértil y muy interesante para innovar y tratar de optimizar recursos.
Es así que son varias las instituciones del país, como la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), la Comisión Nacional de Riego (CNR), el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), universidades y privados, entre otras, las que están apoyando proyectos para cambiar y mejorar los procesos en el agro, de manera de que puedan impulsar su productividad y competitividad.
Existe una necesidad de cambio en el sector. Así lo revela la última encuesta realizada en mayo, sobre perspectivas de la industria para la temporada 2014/2015, de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA). En ella, se señala que se espera que los mercados externos, el dólar y condiciones fito y zoosanitarias se comporten favorablemente en los próximos cuatro años. Sin embargo, los encuestados proyectaron que la disponibilidad de mano de obra, seguridad en los campos y uso y gestión del agua son los aspectos más críticos y complicados para dicho período. De ahí, la importancia de incorporar nuevas tecnologías y sistemas a sus procesos.
Durante los últimos tres años, el FIA ha invertido alrededor de $ 1.250 millones para apoyar iniciativas de innovación en el agricultura. El director ejecutivo de la entidad, Héctor Echeverría, comenta que, además de maquinarias, se están haciendo innovaciones en el área de insumos y procesos. Sin embargo, lo que más se está realizando es la adaptación de tecnologías extranjeras a la realidad local.
Pese a ello, recalca que han surgido empresas nacionales que están desarrollando innovaciones a partir de licenciamientos internacionales, o creaciones totalmente chilenas. Acota que han ayudado a ello, las convocatorias que anualmente realiza la institución, donde se apoyan iniciativas que, además de responder a una problemática local, tienen posibilidades de ser patentadas y comercializadas en el mercado internacional.
Explica que lo importante es que las tecnologías contribuyan a disminuir los costos de producción, aumentar la productividad , optimizar recursos y evitar la accidentabilidad. Como ejemplo del impacto que se genera, menciona la creación de una máquina desbrotadora química selectiva para la industria vitivinícola, la que está siendo desarrollada por Sargent Agrícola. El sistema preve ahorros de entre un 50% y 60% en el uso de mano de obra para la aplicación de químicos. un nuevo carro facilitador de cosechas de olivo, que reduce los tiempos de cosech
a. O el caso de controladores climáticos para invernaderos capaces de medir las necesidades de agua de las plantas.
En cuanto al uso del recurso hídrico, el secretario ejecutivo de la CNR, Patricio Grez, señala que dentro del presupuesto para este año, que llega a los $56 mil millones para diversos proyectos de riego, cuentan con $ 2.700 millones para iniciativas innovadoras, las cuales están enfocadas en la masificación del uso de Energías Renovables no Convencionales en los sistemas de riego tecnificado y la instalación de equipos o aplicación de procesos que permitan la recuperación de aguas contaminadas con elementos físicos, químicos u orgánicos.