La población de los países desarrollados utilizan una gran cantidad de agua para beber, cocinar, lavar y otras actividades sin preocuparse, en su mayoría, del daño que puede causar el uso desmedido de este recurso natural. La huella hídrica se centra en el uso de esta en la producción de bienes tales como alimentos, papel, prendas de algodón, etc.
La huella hídrica es un indicador de uso de agua que tiene en cuenta tanto el uso directo como indirecto por parte de un consumidor o productor. La huella hídrica de un individuo, comunidad o comercio se define como el volumen total de agua dulce que se utiliza para producir los bienes y servicios consumidos por el individuo o comunidad así como los producidos por los comercios.
El interés por la huella hídrica se origina en el reconocimiento de que los impactos humanos en los sistemas hídricos pueden estar relacionados, en ultima instancia, al consumo humano y que temas como la escasez o contaminación del agua pueden ser mejor entendidos y gestionados considerando la producción y cadenas de distribución en su totalidad.
Fue el catedrático Arjen Y. Hoekstra el creador del concepto de la huella hídrica hace relativamente pocos años, cuando se comenzó a preocupar por la relación de los problemas hídricos y la estructura de la economía mundial. Muchos países han externalizado significativamente su huella hídrica al importar bienes de otros lugares donde requieren un alto contenido de agua para su producción. Este hecho genera una importante presión en los recursos hídricos en las regiones exportadoras, donde muy a menudo existe una carencia de mecanismos para una buena gobernanza y conservación de los recursos hídricos. No solo los gobiernos sino que también los consumidores, comercios y la sociedad en general pueden jugar un papel importante para alcanzar una mejor gestión de los recursos hídricos.
Desde BrioAgro queremos que los agricultores sean conscientes de la importancia que tiene disminuir el impacto medioambiental e hídrico que implican nuestras acciones. Por ello, la sensorización y monitorización de los cultivos y campos extensivos o intensivos ayuda al cuidado del uso que se le da a ese recurso natural limitado tan valioso, como es el agua.